El ajo crudo tiene propiedades antisépticas, fungicidas, bactericidas y depurativas, debido a que contiene un compuesto llamado alicina, que actúa contra numerosos virus y bacterias, además de su poder antioxidante.
El nutricionista Camilo Andrade, explica que la alicina es el principio activo más poderoso del ajo, y al que se le atribuyen numerosas propiedades terapéuticas. Esto se produce como resultado de la acción de la enzima alinasa con uno de los aminoácidos naturales del ajo.
“Esta sustancia sólo se produce cuando comemos el ajo crudo. La mejor manera de beneficiarnos de todas las propiedades curativas del ajo es consumirlo crudo y machacado”, aclara el especialista.
Sin embargo, agrega que otros compuestos como el ajoeno o la adenosina, que también tienen capacidad curativa, se mantienen aunque el ajo se cocine.
El ajo crudo preserva su componente esencial.
Fuente: El País On Line